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Los 3 escalones en el tratamiento de la disfunción eréctil

La disfunción eréctil, más comúnmente conocida como Impotencia, es una enfermedad muy frecuente en varones a partir de la 4ª-5ª década de la vida. Se presenta en diferentes grados y se considera como tal, la incapacidad de mantener la erección o llegar a tener una erección para realizar una actividad sexual satisfactoria. En función del grado de afectación se clasifica como leve, moderada o severa.

Existen diferentes factores de riesgo, la mayoría de ellos modificables, que influyen en la aparición de esta enfermedad, entre los cuales cabe destacar:

  • el tabaquismo.
  • la obesidad.
  • la presencia de diabetes.
  • el consumo de alcohol.
  • la hipertensión arterial.
  • dislipemia.
  • síndrome metabólico.
  • la ingesta de determinados fármacos.
  • la disminución del ejercicio físico.

Por eso, además de instaurar un tratamiento adecuado es muy importante modificar el estilo de vida, para eliminar factores de riesgo, que permitirán la mejora de la función sexual.

Cómo se diagnostica el tratamiento de la disfunción eréctil

El diagnóstico de la disfunción eréctil es habitualmente sencillo, basado inicialmente en una correcta historia clínica, preguntando al paciente momento de aparición, forma de aparición (gradual o brusca) y clasificando la intensidad según el cuestionario IIEF.

Aunque las causas de disfunción eréctil pueden ser variadas (psicológica, vascular, traumática, endocrinológica, neurológica), habitualmente predomina la causa psicológica en varones jóvenes sin factores de riesgo y la causa vascular en varones a partir de los 45-50 años con factores de riesgo.

No debemos olvidar el déficit de testosterona de forma tardía (hipogonadismo tardío), cada vez más frecuente en varones a partir de los 50-55 años de edad. Debe completarse la visita inicial con una analítica básica, para estudio de glucemia, perfil lipídico, hormonas tiroideas y testosterona en caso de sospecha de patología endocrinológica.

El estudio diagnóstico puede completarse con pruebas de imagen, si sospechamos otra causa de la disfunción eréctil (fuga venosa, fístulas…), mediante ecografía doppler con o sin sustancias vasoactivas, o cavernosografía (actualmente muy poco utilizada).

Diferentes tratamientos de la disfunción eréctil

El tratamiento de la disfunción eréctil es sencillo. Cuando se detecta un problema psicológico generado por ansiedad, estrés o situación traumática previa, es muy importante la psicoterapia que puede complementarse con el uso de fármacos que se comentarán más adelante.

Si existe un déficit de testosterona demostrado en la analítica y por tanto síntomas de hipogonadismo el tratamiento de elección es utilizar testosterona por vía transdérmica o intramuscular, para elevar los niveles de testosterona en sangre.

Si se sospecha la existencia de fuga venosa como causa de disfunción eréctil, habrá que solicitar una ecografía doppler y completar estudio y tratamiento mediante embolización mediante pruebas por parte de radiología intervencionista.

Descartados las causas anteriormente descritas, el tratamiento de la disfunción eréctil se puede dividir en tres escalones:

Primer Escalón del tratamiento

pastillas para el tratamiento de la impotencia

Tratamiento con fármacos orales (inhibidores de la enzima 5 fosfo-diesterasa), dentro de los cuales tenemos diferentes fármacos con similar mecanismo de acción: sildenafilo, vardenafilo, tadalafilo y avanafilo. Cada uno tiene un perfil similar, aunque con peculiaridades entre unos y otros, así como diferentes dosis en función del grado de disfunción eréctil.

En este primer escalón y como complemento al tratamiento oral podemos incluir la prostaglandina intrauretral o tópica.

En algunos casos con disfunción eréctil de causa vascular se están utilizando las ondas de choque a nivel perineal y peneano para estímulo de neovascularización, con resultados dispares y todavía por confirmar.

Los fármacos orales pueden complementarse con el uso de dispositivos de vacío.

Segundo Escalón del tratamiento

Cuando fallan el tratamiento oral y tópico y el uso de terapias alternativas como las ondas de choque o los dispositivos de vacío, debemos pasar a un segundo escalón que es la terapia intracavernosa, es decir la inyección de sustancias vasoactivas (fundamentalmente prostaglandinas) dentro de los cuerpos cavernosos para producir la erección. Pueden añadirse otras sustancias como fentolamina, papaverina, pero aumentan el riesgo de desarrollar priapismo.

Algunos estudios están utilizando la inyección de plasma rico en plaquetas en los cuerpos cavernosos, con resultados todavía por confirmar.

Tercer Escalón del tratamiento

El último escalón en el tratamiento de la disfunción eréctil cuando fallan los dos anteriores es la colocación de una prótesis de pene. En la actualidad las más utilizadas por ser las más fisiológicas son las inflables de dos o tres componentes. Consiste en la colocación de unos cilindros dentro del pene que mediante una pequeña bomba de inflado alojada en el escroto, al activarla, produce una erección artificial, que permite la relación sexual.

En definitiva, la disfunción eréctil es una patología muy frecuente, en la que es importante un enfoque adecuado para instaurar un tratamiento correcto, con el objetivo de un resultado satisfactorio para el paciente.

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